Entrevista Maia Koenig – Canalizando la historia y transmutándola a través de la música

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¿Define la música experimental en tus palabras?

Para mí la música experimental es algo que está ahí desde que nacemos. En realidad, es la experimentación sonora lo que me une al término de música experimental. Me parece que el sonido que está siempre ahí, el del corazón, el del aire, nos demuestra que ya estamos atravesados por una sonoridad. La música experimental es ser conscientes de esa sonoridad constante para transformarla en música experimental. Es además, jugar con los elementos, como la revolución lúdica, a través de un concepto más puro y más cotidiano, sin depender de imágenes o de algo específico, ni siquiera de una virtud o un estudio de algo. La música experimental atraviesa directamente ese paradigma académico de poder ser creador.

¿Cómo ves la música experimental en Argentina?

Hubieron hechos determinantes que hicieron que la música experimental esté por los altos. Lo que me tocó vivir a mí, después del incendio de Cromañón, fue que cerraron muchos clubs de música, pubs y lugares donde se podía ir a tocar con tu banda música rock. Y entonces, empezaron a valer muchos otros lugares clandestinos. Dentro de estos lugares clandestinos, los principales eran casas, donde no se podía tocar con batería y había que adaptarse a un sonido mínimo, por el tema de los vecinos y de que no había un acondicionamiento. Ese tipo de sucesos hizo que la música experimental creciera, en el sentido de que eran lugares que se prestaban al juego, a la improvisación a tocar con cosas que no sonaban tan alto. Eso fortaleció la escena, ahora con los años empieza a crecer cada vez más, empiezan a abrir más clubs y ahora esa gente que estaba tan en el under, empieza a salir más a la luz. Hay un auge en estos últimos tiempos, donde esos artistas que tocaban en casas hoy por hoy son visibles para el público.

Cuéntanos acerca de la trayectoria de Feminoise.

En el año 2016, realicé una gira por cinco países latinoamericanos, haciendo un show de música experimental y dando talleres. Y también tocando con el proyecto que tengo de 8 bits. Entendí un poco qué era lo que sucedía en otros países, lo pude comparar con Argentina y a la vez introducirme y tomar consciencia de cosas que me tocaron vivir en el viaje, súper fuertes, donde me daba cuenta que estábamos totalmente invisibilizadas y la mayoría de los participantes eran hombres. Recién en Colombia me encontré con un grupo más organizado, pero siempre costaba, era como algo difícil. La mayoría de las respuestas era que no existíamos, que no había mujeres que toquen, que hagan música experimental o arte, estábamos invisibilizadas.

A mi vuelta del viaje armo una convocatoria al primer compilado de Feminoise Latinoamérica. Yo ya venía trabajando con este sello, un sello que creé hace varios años, que al principio era un blog donde promovía música de mujeres de todo el mundo y que se transformó en el label Sisters Triangla. A partir de ahí, empiezo a curar y a trabajar en impulsar y difundir a los compilados. En el primer compilado, hubieron 60 pibas que mandaron temas. Había algo clarísimo, no era que no existíamos, sino que estábamos ahí no animándonos a salir al mundo exterior, no nos sentíamos comprendidas. Empecé a hacer un estudio más profundo de cuáles eran las causas de porqué no nos queríamos mostrar, cómo nos costaba estar en esos ambientes donde siempre te trataban de una forma no muy amigable, diciéndote “no sabes hacer sonido” o “no sabes enchufar tus cables”. Cosas que a todas nos han pasado. Esto hizo que después de varios compilados, el trabajo que yo hacía en el label se transformó en más fechas. Decidí hacer un par de shows, uniendo y ayudando a un par de artistas que yo conocía para que vengan a tocar.

El colectivo fue una idea creciente que de pronto estalló. Nació el 12 – 13 de mayo de 2018 y terminó el 8 de abril. En menos de un año, hubieron más de doce grupos en toda Latinoamérica trabajando, haciendo fechas, uniéndose, conociéndose y haciendo vínculos. Intentaba constantemente que funcione. El colectivo creció a un nivel grande, de hecho estuve tres meses en Europa y la movida Feminoise se había replicado, obviamente con otras características, porque la lucha latinoamericana tiene que ver con otra cuestión mucho más centralizada con las cosas que nos atravesaron. Cerrar con el festival fue como un fin, el colectivo era muy difícil de sostener, era un trabajo que recaía en muy pocas personas, quienes trabajaban gratis para gente que no entendía realmente la idea. Sin embargo, los vínculos quedaron, la historia quedó y esto pasó a ser un movimiento donde se replantea la relación real con el feminismo y otros replanteos más profundos, era algo muy difícil de sostener cuando todos pensamos distinto. Cerrar Feminoise parecía lo adecuado, ya cumplió su ciclo y se cumplieron los objetivos que se querían lograr. Quedó ahí en standby y hay que procesar todo lo vivido, uno va creciendo y tiene que tomarse el tiempo de recoger también los frutos. El sello igual sigue funcionando.

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¿Cuál es tu opinión de la Música Experimental Latinoamericana?

No tengo la misma percepción con respecto a la Música Experimental Latinoamericana que tenía en el 2016, cuando hice mi primera gira. Creo que en estos años ha tomado otro tipo de impulso, ha crecido muchísimo, cada vez conozco más personas en la música experimental y antes éramos muy poquitas. Me parece que el proyecto Feminoise también incentivó a que las mujeres y disidencias sean más visibles en este tipo de ambientes y escenas experimentales. Y a la vez creo que en Latinoamérica estamos tan atravesados con nuestra historia que dentro de la improvisación y creación de las máquinas, hay algo muy fuerte que tiene que ver con nuestras raíces, con nuestra historia, cómo podemos transformar esa historia, canalizar y transmutarla a través de la música. Cuando uno logra conectar con estas raíces y a la vez hacer improvisación o experimentación, se transmiten muchas cosas diferentes a lo que se llama música en general. Hay creación de máquinas, no somos primer mundo y por eso nos cuesta mucho conseguir los instrumentos para tocar, entonces se hacen, se autogestionan, se reciclan. Esas cosas son más visibles acá y eso hace que la escena sea mucho más original y tenga un sonido más característico.

Recomiéndanos proyectos, colectivos o sellos experimentales latinoamericanos.

Noxa Records y Cyborgrrrls. Noxa Records es el sello de un amigo de Perú, que conoce mucho de la movida noise y harsh. Cyborgrrrls hacen estos encuentros tecnofeministas donde se comparten conocimientos muy informativos y ricos.

 

 

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