Entrevista con Constanza Piña: “Hay un DIY por un sentido político”

 

Cuéntanos algo de tu trayectoria personal.

Yo soy Constanza. Trabajo con arte electrónico, principalmente con sintetizadores y con el ámbito del noise. Me dedico mucho a dar talleres sobre máquinas, DIY y también a viajar mucho tocando y organizando algunos eventos, actualmente más enfocado a la inclusión de mujeres en el noise.

¿Qué significa para ti la música experimental?

Para mí la música experimental es algún tipo de expresión sonora que no está tan dentro del cánon de la música más tradicional, más clásica o los instrumentos más tradicionales. Para mí la música experiemental puede ser netamente gente que está experimentando con su voz, o con sonidos de grabaciones campo o con la fabricación de instrumentos no tradicionales o inclusie con la utilización de instrumentos tradicionales, pero de una forma anómala.

Cuéntanos sobre Cyborgrrrls.

Este es un encuentro tecnofeminista que se realiza hace ya tres años, ahora viene la cuarta edición pronto, aquí en la Ciudad de México. Nació con el interés de conocer y agrupar a las chicas que estén trabajando con tecnología. Es un encuentro tecnofeminista que incluye a chicas, personas trans, no binarias que trabajen la tecnología en un espectro amplio. Es decir, si aquí la tecnología local es hacer tamales, pues ven a enseñarnos a hacer tamales. Si tu tecnología es hacer livecoding para mí está en el mismo nivel que hacer tamales, entonces podemos aprender la una de la otra. Con los años ha ido evolucionando y creciendo, se han integrado cada vez más chicas, algunas de las cuales partieron como partieron como participantes y ahora estás dando talleres o inclusive haciendo cargo de algunas áreas dentro de este encuentro.

Dentro del encuentro se hacen talleres que es el área de la que se llamaba al principio Universidad Cyborg, pero ahora se llama Multiversidad Cyborg porque hay muchos diferentes ámbitos de la tecnología. El otro área es el Cyborgcinema donde están las producciones audiovisuales. El área de noise que se llama Fuck The Soundcheck. Y el Cyborgcine que son las producciones de fancine. Está todo eso y también hay charlas, performances, conciertos. Son dos semanas durante marzo que están a full con actividades diversas.

Y Corazón de Robota?

Cuando comencé con Corazón de Robota no pensaba que iba a tocar, no pensaba el impacto que iba a tener. Solamente yo vivía en Chile y estaba construyendo artefactos electrónicos desde chatarra electrónica, desde reciclaje, desde el DIY y sacando de internet información, procesándola y aprendiendo de manera autómana. Una vez que tenía muchos artefactos, tocaba en mi habitación sin ningún interés de mostrar eso afuera porque no le veía cabida en los ámbitos musicales. Así surgió y de pronto me invitaron en Chile al encuentro Soundcloud. Yo pensé que iba a dar una charla, pero en realidad me estaban invitando a tocar, fue la primera vez que yo preparé un set y toqué. Después de eso empezaron a llegarme muchas más invitaciones y digamos que yo aprendí a tocar así, tocando.

El set de Corazón de Robota son muchas cajas de chocolate, de bombones con formas de corazón. Hay toda una estética en el set con leds, los instrumentos van interconectados entre sí. Es una especie de modular de corazones, pero modular no estandar. Cada performance siempre es muy diferente muy aleatorio, no tengo mucho previo pensado  antes de tocar, más bien me conecto con el ambiente. Entonces yo lo veo como un área de brujería o espiritismo siento que estoy trabajando con la energía del lugar, tengo muchas antenas de campos electromagnéticos, para mí es todo un ritual metiendo muchas capas y capas del sonido para ir formando una masa de ruido, pero también con ciertos patrones que van arítmicamente sonando a la vez. Siento que el cerebro intenta organizar este caos y de alguna manera a través del sonido que hago intento conducir a un trance. Me inspiro mucho en sonidos que he escuchado desde niña, como el ruido del Océano Pacífico, por ejemplo.

Yo no me siento con esa intención del exitismo, de estar ahí con tanta visibilidad, porque yo siento que hay actos más que se pueden realizar en la casa que nos conectan mucho más con la realidad de otra persona, con la sensibilidad de otra persona. Más allá del espectáculo o show que se pueda dar en un bar donde hay mucha gente y hay otras energías. Siento que gran parte de mi trabajo es relacional, osea ir a la casa de la persona a tocar con ella, conocer su estudio, si es que tiene o tomarse la mesa del comedor de la cocina y tocar, con el speaker que sea. No importa lo que tengamos, para mí ese contacto es una manera relacional afectiva que no tan sólo me conecta con la música o con los sonidos de otra persona, sino con la persona en sí.

¿Qué pasa con la escena experimental latinoamericana?

Se podría decir que hay una escena, pero no sé si está totalmente unida y conectada. Pienso que habemos mucha gente que sí lo estamos. Sin embargo, han habido algunas plataformas de colección que se agruparon, he visto yo que emergen, pero con el tiempo ya no continúan. Conozco escenas particulares como el caso de Perú, que ahí siento que hay cierta trayectoria en Sudamérica específicamente. Aquí en México hay otras escenas, pero siento que talvez falta una conexión con el sur desde acá.

¿Qué pasa con la inclusión femenina?

Pienso que la idea de incluir a una chica muchas veces pasa con quedar bien con la cuota de inclusión. A veces la cuota de inclusión para por contactar a cierto tipo de mujeres que están haciendo música. Siento que hoy día ese concepto de mujer se destruyó y podemos mirar mucho más lejos y esas personas no están incluidas. Sí se quedó un poco en paz la idea de decir “estamos incluyendo a las mujeres, porque mira tenemos esta, esta y esta”, pero yo siento que falta trabajo que no es suficiente, que más bien estamos haciendo un favor de estar, porque esté el nombre, por quedar bien, para que ya no sean lineups 100% hombres.

Mira aquí en México se da algo bien particular porque siento que siempre son las mismas chicas que están participando en todos los eventos. No veo mucha variedad. Siento que conozco a varias, que no las veo participando tanto. Sin embargo, aquí están las Híbridas y Quimeras que están haciendo una labor súper linda de organizar conciertos para chicas y de programar a chicas que viajan a la Ciudad de México y a lo mejor por un día quieren hacer algo. No tan sólo conciertos, sino también grabaciones en la fonoteca, o charlas, pláticas, actividades donde tú puedas conocer el trabajo de otras chicas de otra manera.

Reciclaje y creatividad.

Creo que hay mucha creatividad porque no hay tanto acceso a sintetizadores o a ciertas tecnologías. Hay mucha gente haciendo sus propios instrumentos con materialidades locales y están superando barreras de lo económico que te podrían impedir hacer un proyecto de música. Siento que hay gente muy creativa en ese aspecto, hackeando cosas o utilizando computadores de baja memoria, como para hacer sonidos de 8 bits, pero porque es una necesidad, no porque es una moda.

Yo vi la escena en Guatemala donde hay toda una onda del chiptune y del circuit bending y uno puede decir circuit bending hoy día o chiptune mundialmente está ahí como mencionado; sin embargo ellos llevan años y es porque Guatemala recibe toda la basura de Estados Unidos principalmente juguetes viejos, electrodomésticos y todos estos gameboy aparecieron ahí, entonces estas personas se apropiaron de esta tecnología para hacer algo. No es lo mismo que comprar el gameboy por ebay, no es lo mismo que mandar a pedir el juguete antiguo por una cosa fetichista o nostálgica de la tecnología antigua. Siento que hay un DIY por un sentido político, por un sentido de carencia, de resistencia, de una forma de vida que es condescendiente con tu trabajo. Entonces eso es lo que me gusta de Latinoamérica, que veo que hay una creatividad y un uso más genuino de estas prácticas de música experimental, como que surgen más desde adentro que desde la moda.

¿Qué piensas de las comunidades digitales?

Pienso que cada vez más con el internet, los blogs y todas las redes sociales se está dando más visibilidad a proyectos. Como que ya no se necesitan grandes equipos, ir a un estudio para hacer una entrevista, se puede hacer ahora hasta virtualmente desde países diferentes. Sí creo que permite intercambios y permite conectar a personas que están lejos. Leo muchas entrevistas con las que me encuentro, porque me gusta saber qué es lo que dicen las personas al respecto de su trabajo, que lo digan por sí mismos. Siento que hay personas que tienen mucho que decir y que a veces en los escenarios uno ve una parte de todo su trabajo. Siento que estamos en una cultura súper exitista de donde si no tocaste el tremendo show quedaste como mal y a veces el punto de tocar en vivo es súper intimidante, te pone nerviosa, entonces a lo mejor algo puede salir mal en el show. Por eso me gustan este tipo de plataformas, porque refuerzan la parte que uno ve en el espectáculo con otros ámbitos de la vida de la persona que son más sensibles.

¿Qué nos recomiendas?

Estamos organizando con las Híbridas y Quimeras el F*ck The Soundcheck que es como un área del Cyborgrrrls enfocado al sonido. Entonces la idea es que haya chicas que aprendan a utilizar los sistemas de sonido y se invita a algunas ingenieras a compartir su conocimiento. Esa área del Cyborgrrrls se ha hecho más independiente, entonces se ha promovido en otros lugares. Entonces la idea es aprender a usar los equipos y terminar con un concierto, pero también un concierto muy improvisado y desde la pasión de tocar.

Otra iniciativa que conozco es la de Maia Koenig que organizó el Feminoise, que se hizo un encuentro en Argentina. Parece que tampoco van a continuar estos encuentros, pero se hizo un compilado donde incluyeron a muchas chicas que están trabajando en música experimental en general en toda Latinoamérica.

 

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