
Se atribuye la poesía principalmente a la literatura, pero sabemos que lo poético se encuentra en diversos aspectos de la expresión. Hace tiempo que las fronteras entre las artes vienen desbordándose y muchas veces lo sustancial, aparece en los espacios de comunión o choque de las mismas. En Estilhaços, chispas, pétalas (Pedazos, chispas, pétalos),álbumcreado por el dúo brasileño – español de Mariana Carvalho y Beatriz Gijón; ciertamente se amalgaman dos esencias y se evoca una narrativa poética a través de sonoridades experimentales de un piano intervenido, el recurso de las técnicas extendidas de voz, el uso de materiales diversos y el nombre de sus piezas: Trazo, Tanteo, Insisto, Deshago, Evoco, Traspaso y Centelleo; cuyo sentido enfatiza a este “viaje armonioso y reflexivo” propuesto por ellas que hacen eco al título de su álbum.
A lo largo del disco, el escucha vive la trayectoria de una emotiva conversación originada mediante la improvisación sonora, composiciones en tiempo real únicas e irrepetibles que hacen afortunada la grabación de las piezas.
Efectivamente, el trayecto inicia con el trazo profundo de un piano preparado, es decir alterado con distintos objetos. El sonido de su interior se desdobla largo, zumbante y aparentemente unidireccional para dar horizonte a la próxima pieza, juego de cariñosas voces que cantan un vaivén de melodías y rompen de repente en las siguientes al utilizar un minimalismo insistente, que recuerda ligeramente la reiteración de los estados de ánimo provocados por Steve Reich. Además de este recurso, el dúo se identifica y utiliza herramientas de la música neo-clásica y el/la roots music, éste último género se presenta con fuerza en algunas de sus pieza donde se escuchan distintas dinámicas guturales que se relacionan con expresiones rituales.
El proyecto debut de este dúo posee una fuerza empoderada y diversa en estados anímicos, sus técnicas experimentales se transfieren incluso a lo corpóreo en relación con el instrumento durante muchos de sus performance presentados en vivo. Así, este par de músicas ofrece un recorrido reflexivo, dinámico y simbiótico en su sonoridad repleto de intensidad.