
La compositora y violonchelista ecuatoriana Ana González Gamboa nos presenta su más reciente producción, una joya residente del 2022 que merece ser escuchada durante este 2023 y más.
En el track inaugural que da nombre al álbum, ‘Habitar el entorno, respirar el espacio’ pieza para 5 timbales y electrónica, los elementos electrónicos de la pieza texturizan la sonoridad de las percusiones para invitar a un regreso a la selva a partir del glitch y la sensación de la virtualidad. Los ritmos nos sumergen en el escape apresurado de los depredadores digitales utilizando la modulación de una lámina sonora con el retumbar de los timbales para despertar las reminiscencias de nuestra animalidad.
Un sonido más crudo, atravesado por ritmos que evocan juegos tribales donde la danza está definida por el balance entre sonido y silencio es preciado en ‘S-OMS’ para multipercusión y electrónica. La pieza es una mezcla entre lluvia primigenia y una marcha a través de los territorios digitales donde sobresale la percusión como signo de la naturaleza sobre la tecnología .
En ‘Bach-Stück’ pieza para vibráfono intervenido y electrónica, el sonido del vibráfono se multiplica, modifica y maravilla en esta composición que pinta un cielo estrellado visto a través de la frondosa naturaleza que son las demás piezas. La evocación de los agudos y la espectralidad del timbre hacen presente a la fantasmagoría del sueño y el viaje onírico.
Con ‘Jungla de cemento’ compuesta para multipercusión y electrónica, despertamos abruptamente para encontrarnos de nuevo en la rutina de los ritmos del día a día y el cansancio de los pasos al trabajo. Con una pausa que nos remite a evaluar nuestro lugar natural usurpado por el mal llamado progreso.
El disco finaliza con ‘Instalación 1949’ provista de un dúo de marimbas y electrónica, otra ensoñación percutiva que toma las riendas de la realidad vivida y rompe el concreto de la ciudad para llevarnos de nuevo a la explosión silvestre e idealizada de la naturaleza.
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