Reseña de Nils Ostendorf + Santiago Botero: 17 años Bajo Tierra

Nils Ostendorf – Santiago Botero

Sonic Transmissions Records

2023

Últimamente me ha estado rondado la idea de pensar la música instrumental desde la perspectiva cinematográfica del pacto ficcional, donde el espectador al ingresar a la sala de cine o darle play en su tv, cree en lo que se te va contar, este pacto es implícito entre el autor y el espectador, supone que en el proceso narrativo los argumentos poéticos de la obra nos harán creer en ese universo audiovisual. Esta reseña intenta dar rienda suelta a este pensamiento suelto. 

Melón la primera pieza de 17 años Bajo Tierra, el nombre me sugiere tantas sensaciones: olfativas, gustativas, espaciales, esto solo para pensar la poética de donde se podrían inspirar los autores de la pieza. Comienza explorando varios objetos sonoros: grabación de campo, un leitmotiv en la trompeta, sonidos de aire en la boquilla de la trompeta, ruidos, una secuencia modal de acordes generados en un sintetizados que parece una onda cuadrada filtrada un poco, juegos de insectos generados por sintetizadores modulares, este es primer acto, la introducción al lugar donde nacerá la cigarra, esa que emerge cada 17 años a la superficie. 

El relato sonoro contado con frecuencias, alturas, ruidos, se vuelve un evento complejo y de relaciones de poder: arriba-abajo, derecha – izquierda, pulsar – aerear; el segundo track (homónimo al álbum) amplía el espectro de frecuencias a objetos sonoros de origen más acústico, cita una vez el leitmotiv inicial de melón,  avanza generando tensiones sin resolver, nacer también es un acto tenso, incluso violento en algunas contextos. 

Muda la tercera pieza de este disco, se inspira poéticamente al cambio de piel y caparazón en la cigarra, un momento crucial en su vida. Sonoramente esta inspirada en varios elementos de la música tradicional colombiana y paulatinamente los pequeños motivos y gestos, mudan a drones, distorsiones, texturas, timbres, brochazos de sonido que transitan y habitan una improvisación libre a distancia, en diálogo y colaboración. El segundo acto se muestra claramente en este track, donde las tensiones toman lugar a caminos, lugares y desarrollo del relato sonoro. 

Los drones, glitches, microsamples, sonidos granulados y llenos de espacio entre ellos, fusionan un largo aliento de trompeta, contrabajo y otros timbres en una suerte cantus firmus ambient, un recorderis de que el tiempo se expande y diluye cuando escuchamos atentamente. Temblor de ala, sugiere esta y otras millones de imágenes sonoras, el relato esta llegando a su fin, el tercer acto se acerca.

Borracha de luz comienza con aleteos sonoros y una cita al leitmotiv inicial en un sintetizador muy tenue al lado izquierdo, las cuerdas tensadas y frotadas por el contrabajo, generan texturas que contrastan gratamente con la trompeta que vuela e improvisa, la secuencia de sintetizador bajo (que genera un beat), un contrapunto que sucede entre el movimiento de oreja derecha a izquierda, paneos que juegan a la contención.

Sayas es una conclusión que comienza con una heterofonía entre contrabajo y trompeta, la cual cita las sonoridades mixolidias que referencian un aire de cumbia, los redobles de baile, es un espectro de improvisación libre, donde los aportes mínimos al motivo son generados por acumulación, un tejido que se construye a pequeños pasos que logran un entramado sónico de gran interés, y concluyen en un gran acordé espectral cargado de calma, el pacto ficcional está terminando y los compositores/intérpretes nos invitan a volver a la realidad.