El pasado jueves 31 de agosto de 2023 pudimos disfrutar del fascinante trabajo de Wingel Mendoza y del Colectivo Improvisado de Música Aleatoria (CIMA) en Resonancias XLIX. Conversamos con les artistes para conocer más acerca de sus inicios, su acercamiento a la música experimental y sus exploraciones artísticas en la actualidad.




Wingel Mendoza es compositor y artista sonoro mexicano. En la actualidad vive y trabaja en Alemania. Su trabajo le ha hecho acreedor de distinguidas becas y residencias, y ha ganado numerosos concursos de composición. Mendoza explora el sonido como material multidimensional que engloba energía acústica, recuerdos, imágenes e interacciones.
¿Por qué decidiste migrar?
Wingel: Había acabado la licenciatura en composición y en musicología e hice una pausa como de siete años en la que estuve en otro tipo de trabajos, como en un taller mecánico, por ejemplo. En ese momento no había mucha apertura, sí había música experimental, pero el terreno era pequeño y si uno quería ver otro tipo de corrientes, no era tan fácil de encontrar. Entonces, decidí que si quería seguir mi vida como músico tenía que irme. Primero fui a Rotterdam, donde estudié una maestría y luego fui a Alemania, donde estudié una como post-maestría. Más adelante, estudié otra maestría en arte, sonoro y otra post-maestría. A partir de ahí comencé a hacerme una carrera. También trabajo en el teatro, me acuerdo que empecé jalando cables, aprendí muchísimo y poco a poco fui evolucionando. Hoy en día compongo para uno de los teatros de la ciudad de Wiesbaden
¿Qué significa para ti la música experimental?
Esa pregunta me gusta mucho porque me encanta definir qué es experimentar. Puede ser hacer ciertas conjeturas para tener ciertos resultados inesperados. Experimentar también puede ser simplemente enfocarse en una sola cosa sobre un algún evento físico o químico para demostrarlo. En ese caso, mi música es experimental. Yo me enfoco en algunas pocas cosas, en amplificarlas o tratar de buscarles otro tipo acercamientos. No parto de esa experimentación de no saber qué va a salir y ver qué pasa, yo parto conociendo los materiales y trabajando con ellos hasta sus máximas posibilidades. Creo que experimentar es jugar.
¿Cómo abordar la experimentación y la educación?
Desde mi propio punto de vista, la gran ventaja que yo tuve es que mi maestro Víctor Rasgado, que en paz descanse, siempre nos dijo: “a mí no me interesa hacer escuela, salgan y busquen su propio estilo”. Obviamente la escuela me dio las bases de la música y la composición, etc., pero creo que también existe esa otra educación que uno mismo se va forjando. Después de eso tuve clases con Germán Romero, gracias fui a Rotterdam, donde conocí otros maestros que a mí me interesaban y por eso me acercaba a ellos. Comparando mi educación con la de otros, creo que la mía ha sido como muy ecléctica, sí he estado cercano a ciertas instituciones, pero siempre me salgo un poquito de ellas para buscar un poco más. No solo me interesan las clases, sino que me interesa qué puedo hacer con ese material.
¿Qué preparaste para el concierto de hoy y qué se viene a futuro?
En los últimos días organizamos el taller de “Supercollider y Arduino: arte interactivo en acción y movimiento” en la FAM, esta noche voy a hacer una improvisación con ciertos materiales donde el sonido será procesado completamente en SC y donde haré una pequeña improvisación coreográfica con mis manos. Más adelante tengo algunas presentaciones y proyectos en Alemania, como una colaboración en un espacio arquitectónico abandonado. Finamente tengo otra presentación, que la llamo teatro emoji en donde voy a abrir una cuenta de TikTok para que gente interactúe por medio de emojis, que yo voy a interpretar como una partitura y responder con ciertos sonidos.
¿Qué les recomendarías a las nuevas generaciones de músicxs experimentales?
Algo que a mí me ha servido es ponerme mis propios retos y salir de ellos, por ejemplo ahora estoy algo nervioso porque toco al rato. Si algo les interesa, busquen, aprendan, experimenten. Si en algún punto ya no me sirve ningún conocimiento, saber que entre más sepa uno, mucho mejor. A mí me ha servido mucho escuchar a personas que saben mucho más que yo y aprender de ellas.
El Colectivo Improvisado de Música Aleatoria (CIMA) es un metaensamble conformado por seres sonoros de existencias alternas, ajenas a lo inhumano. En esta ocasión presentarán una pieza de creación colectiva juntando el Koto, instrumento antiguo de la cultura japonesa, con las Ondas Martenot, uno de los primeros instrumentos electrónicos de sonidos arcanos y personales, para formar una sola voz que resonará con el ensamble a manera de diálogo atemporal. Nos entrevistamos con Daniel Arista encargado del koto y la electrónica y Yunuen Xolotzin, una de las vocalistas.
¿Cómo comenzaron en la música experimental?
Daniel: Comencé en la música experimental hace cerca de 13 años como azares del destino. Empecé a estudiar la licenciatura en Fagot, en la Escuela Superior de Música, pero trabajaba en las mañanas en un despacho de diseño, porque soy también soy diseñador. Entonces, a la hora de escoger música de cámara, todos los grupos eran en la mañana, y solo había un taller en la tarde de música contemporánea y experimental. Yo había entrado a esa escuela con la idea de la orquesta y la música de cámara y dije vamos a hacer la prueba. En la primera clase se me voló la mente, me dije: qué es este universo tan maravilloso. A partir de ahí se rompieron todos mis esquemas, mis paradigmas y me sentí como en una libertad creativa que no encontraba. Desde entonces he estado tomando un montón de talleres y cursos, donde he conocido gente de ese ambiente y sigue la música contemporánea y trabaja con compositores. Ha sido un moverse entre la improvisación libre y el trabajo con compositores experimentales. Justamente en el grupo llamado Sonidero 13 de música experimental conocí a Ramón que fue quien organizó este colectivo CIMA, conformado por muchos miembros del Sonidero 13. Actualmente somos siete integrantes.
Yunuen: en mi caso, fue hace más o menos 8 años en la misma clase. Estaba estudiando la carrera en canto operístico. Creo que más o menos en tercero año, dije escucho algo interesante y me gustaría entrar y probar. Me daba un poco de miedo porque no había cantantes, creo que solamente sabía de una amiga. Fui y me encantó, la verdad eran los lunes en la noche. Era un mundo completamente nuevo, era escuchar de otra manera, es una forma de hacer música que no nos enseñan normalmente en la academia y yo seguí estudiando y necesitaba esa libertad dentro de mi formación. Algunos amigos entraron y salieron. Después yo seguí una carrera en música antigua y buscaba ganarme la vida de otra manera. De igual manera, cada vez que veía un taller o curso, me inscribía y trataba de no dejarlo en mis prácticas diarias. Poco a poco fue incorporándose también en mi vida. Por cuestiones del destino nos contactó Ramón y poco a poco vamos consolidando este grupo.
¿Qué significa para ustedes hacer música experimental?
Daniel: es una pregunta profunda y difícil. Para mí es como un espacio de creatividad, de libertad, de exploración, de juego, de pasarla bien, sí bajo cierta disciplina, obviamente no es hacer lo que sea, pero sí es tener mucha más libertad, poder buscar tu propio sonido, poder escuchar al otro de maneras que en otras músicas no estaba tan presente. Aquí siempre estás muy atento del otro. Se hace una comunidad mucho más afectiva que en otros grupos, no ha habido dramas como en las orquestas.
Yunuen: es un espacio donde no hay tiempo y donde pareciese que tampoco hay espacio, donde todo se suspende te sales de tu prppio ego y de tu propia personalidad, simplemente se trata de comunicarse con todos los demás en un lenguaje que todos comprenden, pero que al mismo tiempo no están manipulando.
¿Hay una estética en la música experimental?
Daniel: creo que se han consolidado cierto tipo de estéticas, incluso en la música experimental, que quizás surgieron de la búsqueda por salirse del molde y hacer otra cosa, pero en eso comenzaron a hacer su propia estética, curiosamente. Personalmente noté eso sobre todo en la escena de la impro libre, en que llegó un punto en que empezó a sonar de una manera muy específica y me llevó a explorar música de otras culturas, para complementar mi formación en música experimental. Quizás la estética que se debe buscar debe ser una propia, de cierta manera, consolidada por nuestro contexto, todo lo que aprendemos y absorbemos. En mi caso, me gusta absorber de todos lados, escuchar mucha música de otros países. Igual en la academia le dicen las otras música. Escucho mucha música de Japón, música hecha desde hace 2000 años que está increíble. Agarro muchos elementos de ahí y los incorporo a mi quehacer artístico.
¿Cómo nos podemos dejar influenciar por otras culturas y no llegar a la apropiación?
Yunuen: quizás no se podría llegar a un apropiación porque las músicas de una cultura tienen una historia muy profunda. Necesitamos haber nacido ahí, vivir en la cultura para realmente sentirla y comprenderla de la manera en que la gente que lo hace ahí lo comprende. Creo que todo depende del bagaje musical que tenemos del bagaje sonoro que tenemos, bien parece ser que todos lo compartimos y que es similar porque estamos en un mismo tiempo y se escuchan las mismas cosas, pero cada persona tiene un bagaje distinto, según sus hábitos y según lo que esté acostumbrado a consumir o a impregnarse. Así vamos creando algo que se nutre más de lo que normalmente tenemos.
¿Cómo ven nuestra escena musical experimental?
Daniel: algo bueno de la escena mexicana es que hay mucha creatividad y curiosidad, un sentimiento de querer explorar cosas distintas. Quizás lo que no es tan bueno es que es una escena pequeña que se congrega en un círculo pequeño con las mismas personas, eso se puede ver en los conciertos. Falta difusión y formación. En la Ciudad de México la oferta es muy grande, pero siempre están las mismas personas en la escena. En un punto quieres escuchar otras voces, lo que otras personas quieren decir.
¿Qué podemos esperar en el concierto de ahora y en el futuro?
Daniel: en CIMA, Ramón ha querido unirnos mucho y fomentar que todos los miembros busquemos dónde y cuándo tocar, justo así fue que se formó la pieza que se tocará en el concierto de hoy, aprovechando también que uno de los miembros de CIMA es un amigo de Ramón que está estudiando en Francia las Ondas Martenot y anda aquí en México. Entonces hay que aprovechar y tocar con él, porque no es muy común escuchar las Ondas Martenot en México y menos en la escena experimental. Yo que toco instrumentos de otras culturas, digo, hay que unir todo esto. Justo por eso el concierto de hoy se pensó con solistas para Koto y Ondas Martenot y el resto del ensamble estará dialogando con estos dos instrumentos formando unas atmósferas muy bonitas, orientales, electrónicas. Más adelante, seguiremos moviéndonos, sonando y resonando juntos.