Reseña “Síntomas de techno Ondas electrónicas subterráneas desde Perú (1985-1991)”: genealogías en proceso

Reseña por: Andrés Castañeda | IG: @diatopico.

Indagar en las posibilidades del sonido y sus formas de difusión en lo social implica, sin duda, aproximarse también al entendimiento de su consolidación a lo largo de la historia. Es decir, resignificar desde la labor de la memoria, casi con vocación arqueológica, la imagen general del conjunto a partir de la selección cuidadosa de los vestigios restantes; hacer del contorno señalado por las partes una representación sólida, potente, del todo que componen. Dicha inclinación ha dominado, por fortuna, muchos de los ejercicios recopilatorios en el ámbito de los lanzamientos musicales que forman parte de la genealogía la escena underground latinoamericana, particularmente, en lo que respecta al campo de la música electrónica.

En la línea de lo anterior “Síntomas de techno: Ondas electrónicas subterráneas desde Perú (1985-1991)” presentado en junio de este año por Buh Records resulta un claro ejemplo de lo mencionado. El proyecto, liderado por Luis Alvarado y que contó con uno de los estímulos de reconocimiento por parte del Ministerio de Cultura de Perú, propone una cartografía sonora que plantea la reunión, en perspectiva, de varias apuestas fundacionales de la escena electrónica en Lima. Es decir, el álbum postula una genealogía de los intereses y exploraciones germinales que dieron paso, posteriormente, a la unión y diversificación de una escena que, para inicios de los años noventa, aún se encontraba dispersa en la ciudad de la niebla.

De hecho, el título mismo del álbum deja en claro su cometido. Esto pues, aunque para muchos que se aproximen a su escucha desde alguna otra latitud Síntomas de techno no sugiera nada más allá en términos históricos que aquello que se percibe a partir del ejercicio de la escucha, el título proviene de un concierto emblemático en el teatro La Cabaña el 15 de marzo de 1991, en el cual, se presentaron todas las bandas involucradas en este trabajo y que, de hecho, resulta un momento clave para entender la evolución del circuito alternativo limeño. Esta heterogeneidad propia de los orígenes, donde más que una segmentación rigurosa entre escenas o estéticas particulares se encuentra la reunión de lo diverso, se percibe, a su vez, en la curaduría realizada por Alvarado. Curaduría que, dicho sea de paso, posee piezas provenientes de algunos archivos personales de los artistas, así como también de demos y trabajos de muy difícil acceso en la actualidad, por lo cual, resulta conveniente aclarar que no son grabaciones en directo del evento.

Así, este recopilatorio se mueve entre diversas antípodas sonoras reunidas a la luz de los teclados. Por ejemplo, se presentan aproximaciones de corte radical tales como “Martillo” de Disidentes o “No nunca” de T de Cobre, quienes no solo introducen un matiz industrial, amparado en la utilización de percusiones metálicas con elementos diversos, megáfonos y procesamiento de sonido a través de pedales que cargan su apuesta de un tono agresivo y fuerte, sino, también, que reflejan en un cierto sentido la convulsionada situación social del Perú del momento. Asimismo, se abren paso en este ejercicio de narración histórica temas como “X2” de Paisaje Electrónico o “La gran masa” de Meine Katze und Ich, los cuales —nacidos del mismo germen del rock subterráneo, la movida punk y ese ícono latinoamericano que para muchos de nosotros resulta ser Narcosis— apuestan por temas más cercanos al techno-pop y a la reflexión a propósito de la experiencia del sujeto en la ciudad. Un espíritu similar, aunque un tanto más gótico y “vampiresco”, aporta al conjunto general “En la tiniebla”, un track de Cuerpos del Deseo que se mantiene, de nuevo, lindando los derroteros de la construcción de sí mismo y la relación con el entorno y que, quizá debido a la sensibilidad artística de Renzo Ortega (uno de sus fundadores), posee una de las estéticas más claras y diferenciadas dentro del álbum. Estética que, a su vez, comparte en mayor o menor medida con “A dónde”, una canción de la agrupación El sueño de Alí, que sería una de las encargadas principales de la introducción del new wave en Lima y que, curiosamente, proviene también de la semilla de Narcosis.

Ahora bien, aproximándonos hacia el cierre del álbum aparece una de las apuestas que, desde mi perspectiva, resultan más llamativas a la par de aquellas presentadas por Disidentes o T de Cobre; se trata, en efecto, de “Primera secuencia” un track de la banda Círculo Interior (posteriormente Unidad Central) que se avecina hacia los derroteros de un techno-pop más lugubre, algo cercano a un EBM de corte más pausado y la movida de Detroit. Un tema interesante, sugerente y liminar, que abre el final para los sonidos synth-pop de “Industria de Odio” de Ensamble y “Y de aquí no me voy” de Reacción, los cuales, de nuevo, desarrollan una temática presente a lo largo del vinilo y un interrogante que subyace a todas las composiciones. Me refiero, en concreto, a la preocupación en torno a la identidad, la configuración del sujeto en el territorio convulso de las ciudades, el fin del siglo XX, la guerra y los problemas de aquello que hemos denominado “latinoamericano”, “peruano”, “colombiano”, etc. Y que —vuelvo al punto de partida— logra dar una sensación de cohesión y sentido al retrato general de un período, no solo particular dentro de la música, sino del Perú de aquel entonces. El trabajo de Buh Records, así, contribuye a resignificar, revisar y conceptualizar la historia misma a través de su escucha en la música y el sonido.